La pulpa del baobab encuentra numerosos empleos en la alimentación rural africana como la preparación de salsas, aliños, y sobre todo para la elaboración de bebidas refrescantes y energéticas. La pulpa también es consumida simplemente como si fuera una apetitosa golosina, como crémor tártaro o para cuajar la leche.
En 100 gr. de pulpa están presentes el 78% de los glúcidos totales, el 3% de proteínas y un bajísimo contenido de grasas (inferior al 1%). La pulpa aporta alrededor de un 45% de fibras alimenticias, tanto solubles como insolubles. El fruto es tradicionalmente conocido por su elevado contenido de vitamina C (puede proveer hasta 550 mg por 100 gr). Además contiene otras vitaminas esenciales (B1 y B6) y betacarotenos (A, E). Encontramos además minerales y ácidos grasos, como calcio (una media de 300 mg. por 100 gr.), hierro (3 mg. por 100 gr.), potasio (hasta 3g. por 100 gr.) y ácido alfa-linoleico (27 mg. por cada gramo en peso seco de producto).
Las hojas y las semillas presentan también múltiples usos alimentarios. Por ejemplo, las hojas, secadas y trituradas (en wolof: lalo), ricas en vitamina C y calcio, se utilizan para ligar el couscous. Los brotes tiernos y las raíces de los ejemplares más jóvenes se comen como si fueran espárragos y las semillas tostadas reemplazan al café.
La variedad de sus indicaciones terapéuticas en medicina es muy amplia y todas las partes del árbol son utilizadas en la práctica. Las hojas disecadas y molidas serían usadas en infusiones, tisanas (tendrían capacidad febrífuga y antiinflamatoria) y pomadas; en forma de cataplasma evitarían la crisis de asma y funcionarían como jarabe para la tos. De las semillas se extrae un aceite para uso alimenticio y cosmético (hidratante, antiinflamatorio y cicatrizante). La pulpa desde siempre se emplea para resolver todo tipo de trastornos intestinales (diarrea, parásitos, gases, dolores abdominales, mala digestión…), en sustitución de la leche materna, como anti-malárico, como reconstituyente y también como emenagogo. El Baobab, en algunos países africanos, es considerado un árbol sagrado, por ejemplo en Senegal es el árbol nacional y figura estampado en los pasaportes; en Zimbabwe aparece en la moneda del país y en muchos poblados es venerado y se le hacen ofrendas para favorecer las cosechas, la fertilidad y para la buena suerte.