Desde la antigüedad se ha utilizado con diversos fines: nutricional, alimentario, cosmético y medicinal. El botánico francés Micheal Adanson concluyó en sus escritos: “De todos los árboles estudiados, el baobab puede considerarse en general el más útil”. En la cultura africana, esta parte del fruto se utiliza para resolver trastornos intestinales, como diarrea, gases o dolor abdominal. El baobab contiene calcio y magnesio, necesarios para fortalecer los huesos. Además, su alto contenido en potasio convierte al baobab en una rápida fuente de energía.